jueves, 25 de junio de 2009

Puntos suspensivos

Por Ángeles Álvarez Moralejo
El español se diferencia de ciertas lenguas por sus tonemas. Al pronunciar las frases debemos tener en cuenta que hay que aplicar entonaciones diferentes para dar los significados que pretendamos en cada situación. A parte de los signos de exclamación o interrogación, tenemos los puntos suspensivos (…) que debemos no sólo escribir, sino también saber leer y entonar cuando hagamos uso de la lengua oral. Lo que indican es que el contenido semántico de la frase en cuestión no queda cerrado, sino que hay algo detrás que omitimos, pero que queda inmerso en el significado de lo expresado.

Pongamos tres ejemplos pertenecientes a estructuras diferentes y en las que hacemos uso de esos puntos suspensivos, que en realidad nos permiten hacer economía lingüística.

a) Quien a buen árbol se arrima,…
b) Es que tengo tanto sueño…
c) Si estuviera aquí…

En el caso de a) se trata de un refrán de los miles de refranes castellanos de que disponemos en la lengua y que no, por ser antiguos, han dejado de formar parte de la lengua hablada, sino que se usan con frecuencia y enriquecen la lengua sobremanera. El refrán completo sería: “Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija” Sólo damos la primera parte ya que se sobreentiende la segunda, pues todo el mundo la conoce. En el mismo refrán aparece el relativo “quien” aludiendo a “la persona que”, ya este pronombre relativo forma parte de un recurso de economía.

En el caso de b) expresamos solamente la causa de una oración consecutiva, eludiendo el efecto, pues no es intrínsicamente relevante. Lo importante para nuestro interlocutor es conocer la causa, el efecto sólo puede ser uno: que tengo que descansar, que estoy muy cansado, etc.

Cuando decimos “Si estuviera aquí…” en realidad no estamos expresando una condición, sino un deseo hipotético y la expresión sería. ¡Ah si estuviera aquí!, omitiendo la partícula “Ah”. Sin embargo al escribir los puntos suspensivos pasa a ser la prótasis de una oración condicional hipotética. No decimos la apódosis porque no es relevante en el contenido que deseamos expresar. De esta manera lo usamos como un deseo en presente hipotético.

Muchos son los casos en la lengua en que cortamos las frases con puntos suspensivos, por lo que considero que son un recurso más de economía lingüística.

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