El día de Santiago, temiéndome lo peor, madrugué y me dirigí al recinto de la Expo, dispuesta a hacer cola, y claro, así fue: primera cola para sacar la entrada, segunda para acceder al recinto. Ya dentro, observo una carrera (por parte de los visitantes). ¿A dónde va esta gente?, a hacer cola para poder entrar a los pabellones.
Yo me dedico a inmortalizar el lugar y a disfrutar de la vista de la ciudad desde el otro lado del Ebro. Durante 12 horas (de 9:00 a 21:00) veo a cantidad de gente haciendo cola, y mi supercámara y yo, paseando tranquilamente sin hacer grandes colas y claro está sin entrar a esos pabellones de grandes colas.
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