martes, 19 de agosto de 2008

Alcázar de Toledo

Por sysifus
Panorámica de la ciudad, con el Alcázar a la derecha.

El Alcázar de Toledo es, probablemente, el monumento más famoso de la ciudad. Su gran tamaño y el emplazamiento elevado que lo soporta, sobre una plataforma en la parte más alta del casco antiguo, lo hacen destacar claramente en la mayoría de las postales panorámicas, y realmente dota de un carácter inconfundible la vista de la ciudad desde varios kilómetros.

Lo cierto es que la Catedral, la Sinagoga de Santa María la Blanca o el Puente de Alcántara, por poner algunos ejemplos, son monumentos más significativos en lo que a historia, cultura y arte se refiere. Vista del Alcázar. Pero el Alcázar, además de contar con la ayuda geográfica antes señalada, tuvo durante el siglo pasado un protagonismo de diferente matiz, y para explicarlo hay que retroceder hasta los comienzos de la Guerra Civil, en el verano de 1936.

Durante las primeras horas de la contienda, a pesar de que en Toledo la rebelión militar no iba a tener éxito, un grupo de guardias civiles liderado por el coronel José Moscardó hizo acopio de municiones y se dispuso a hacerse fuerte en el Alcázar y en otros edificios aledaños. Toledo no poseía ninguna importancia estratégica, pero la resistencia que allí tuvo lugar no tardó en convertirlo en un símbolo. El ejército republicano intentó tomarlo durante dos meses tras los que el edificio quedó reducido a poco más que un amasijo de escombros debido al fuego de artillería, las bombas arrojadas e incluso alguna carga de dinamita colocada en sus cimientos en un vano intento de demolerlo por completo. En cierto modo, se malgastaron unos recursos que se podrían haber utilizado para otros fines. Pero no sólo por parte de los republicanos: a finales de septiembre las tropas nacionales del coronel Juan Yagüe estaban dispuestas a marchar sobre Madrid, pero el general Francisco Franco decide posponer el ataque sobre la capital y desviar el avance con el objetivo de liberar el Alcázar de Toledo. Bajo el mando del general José Enrique Varela, que había sustituido a un disconforme Yagüe, se cumplió tal empresa el 27 de septiembre. Una decisión tácticamente desastrosa, pero también un hito propagandístico que encumbró a Franco como líder absoluto del ejército sublevado, a pesar de que la posterior campaña de Madrid, en noviembre, fue frenada por una resistencia que, posiblemente, no hubiera sido tan eficaz dos meses antes. Pero esto es sólo una elucubración.

Panorámica de la ciudad a mediados del siglo pasado, con las ruinas del Alcázar a la derecha.
Tras la guerra, las ruinas del Alcázar presidieron la ciudad durante algunas décadas, antes de ser reconstruido para convertirse en el "Museo del asedio", dedicado íntegramente a rememorar aquellos meses de guerra. Actualmente está en obras, dado que será la sede del nuevo Museo del Ejército.

¿Pueden dos meses de guerra y cuarenta años de propaganda borrar varios siglos de historia? No será por nuestra culpa. El Alcázar de Toledo se asienta en el mismo lugar que un palacio romano construido en el siglo III. Durante la edad media fue modificado por visigodos, árabes y cristianos, según iba cambiando de manos la ciudad. En 1535, durante el reinado del emperador Carlos I, se convirtió en el palacio renacentista que puede observarse en el grabado que se reproduce a continuación (detalle abajo a la derecha).
Grabado de 1565: panorámica de Toledo con detalle de la Catedral a la izquierda y del Alcázar a la derecha

A principios del siglo XVIII fue reducido a cenizas por un incendio durante la Guerra de Sucesión. Un siglo después, cuando ya había sido reconstruido y convertido en la Casa de la Caridad, fue nuevamente presa del fuego a manos de las tropas de Napoleón. La posterior reedificación no fue hasta 1882, para albergar la Academia General Militar. La construcción era ya similar a la actual, aunque bastante más tosca. Tan solo cinco años después volvió a ser asolado por un incendio. Fue restaurado por enésima vez, y ese fue el último sobresalto de su historia hasta que estalló la Guerra Civil. Como puede desprenderse de esta cronología, el episodio que acaeció entonces es una nimiedad comparado con la serie de catástrofes que sufrió a lo largo de los siglos precedentes.

Nota: a excepción de la segunda foto, sacada de nuestro archivo, las demás proceden de la web oficial del Excmo. Ayuntamiento de Toledo.

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